Rinoceronte negro africano

Rinoceronte negro africano

Cierto aire de misticismo rodea al rinoceronte negro africano, pues aunque declarado como extinto hace más de cuatro años, hay quienes mantienen la esperanza de su existencia. Su espíritu indomable y un carácter solitario y territorial, les otorgaban un extra de peculiaridad a estos maravillosos gigantes tantas veces perseguidos por el afán inmaduro del hombre.

Desde épocas tempranas, su prominente cuerno (en promedio llegaba a medir un metro de longitud) llamó la atención de los cazadores, luego la superstición medieval no tardó en reconocer el bello ornamento como un remedio capaz de curar la fiebre y algún que otro guerrero los utilizó para enfundar sus dagas. El resultado de tanta insensatez devino finalmente en la desaparición de la especie.

Junto al rinoceronte blanco, su hermano mayor en términos de tamaño, el rinoceronte negro africano adornaba con su presencia las sabanas africanas. Además, era considerado un fósil viviente, pues su existencia data de hace casi quince millones de años atrás. Si quieres conocer más sobre este fabuloso animal, continúa leyendo.

Morfología

Los registros indican que el negro africano poseía dos cuernos, el más grande capaz de medir un metro y medio de longitud. Estas protuberancias estaban compuestas de queratina (que podemos encontrar en nuestras uñas), por lo que podían regenerarse fácilmente con el tiempo.

En cuanto a sus dimensiones, llegaban a alcanzar aproximadamente 1.6 metros de altura y cerca de 3.5 metros de longitud, por lo cual eran considerados el cuarto mamífero más grande del continente africano, teniendo en cuenta además su peso promedio de mil kilogramos.

Fotos del rinoceronte negro africano

Contrario a lo que pueda imaginarse, el rinoceronte negro era de color gris, y poseía un labio inferior prensil acompañado de potentes molares, ideal para alimentarse de pequeñas plantas y arbustos, aunque podían asimilar igualmente raíces y ramas. Destacaban además por su sentido del olfato y el oído, y también por poseer un dedo más abultado en el centro con respecto al resto (huellas en forma de trébol). Por lo general, podían alcanzar unos sesenta años de vida.

Comportamiento

Considerado el más agresivo de todas las especies de rinocerontes, este coloso africano se caracterizaba además por su fuerte territorialidad y su carácter solitario. No obstante, era común vérsele asociado en grupos que llegaban a alcanzar la docena de ejemplares.

Durante el período de celo, los rinocerontes solían congregarse con la hembra y ejecutar breves enfrentamientos como juego preliminar al apareamiento, al que además acompañaban con rugidos, resuellos y chillidos. Gustaban de dormir durante el día y alimentarse en la noche aprovechando las bajas temperaturas.

Por otra parte, la territorialidad era algo inherente en el rinoceronte negro, llegando a ser fruto de múltiples disputas entre los machos con tal de marcar su espacio a través de heces y orina. El enfrentamiento consistía en la embestida de los cuernos hasta el agotamiento del contrincante, el cual una vez derrotado debía marcharse y conceder su territorio.

Imagenes del rinoceronte negro africano

Distribución y población

Abundaba principalmente la zona central y oriental del continente africano, comenzando por Namibia y atravesando Zambia, y por el Este desde Etiopía hasta las inmediaciones del Sahara al Oeste. Su presencia era común tanto en las regiones áridas como en los bosques kenyanos.

Sin embargo, la distribución anterior del rinoceronte negro africano comenzó a sufrir serios embates durante la década del ochenta, hasta que finalmente entre 1995 y 1997 se estimaba que esta especie no sobrepasaba la decena de ejemplares. Para la década del 2000 los números continuaban en estado crítico, y aunque se adoptaron medidas más drásticas para rescatarlo, bien poco pudo hacerse para evitar su extinción.

Alimentación

Con la puesta de Sol, el rinoceronte negro acostumbraba a salir para alimentarse de plantas, ramas y hojas de árboles. Se calcula que su dieta estaba compuesta por más de 220 especies de plantas, y que necesitaba de grandes dosis de comida, algo bastante lógico si tenemos en cuenta el tamaño que poseían estos colosos.

A diario, el negro africano podía ingerir grandes concentraciones de fibra, que eran digeridas sin dificultades gracias al colon que poseían, capaz de fermentar y asimilar elementos como troncos y ramas duras. Sus potentes molares, apoyados por su labio prensil, les permitían asir y quebrar las ramas de los arbustos y algunos árboles de poca estatura.

De igual manera bebían el agua en grandes proporciones, aunque su adaptabilidad les permitía sobrevivir hasta cinco días sin el preciado líquido.

Diceros bicornis longipes

Reproducción

Alrededor de los siete años de edad, el macho del negro africano se encontraba en condiciones de procrear, mientras que la hembra necesitaba de poco menos. Por cada gestación, el rinoceronte negro solo podía dar a luz a una cría, debiendo transcurrir entre dos y cinco años para recomenzar el proceso de embarazo.

Por lo general, estos animales eran fértiles durante todo el año, siendo más frecuentes los partos al finalizar la temporada lluviosa. El período de gestación tomaba de 14 a 15 meses, y las crías escapaban del vientre materno con unos cuarenta kilogramos de peso. A la semana de nacidas, incluían ramas y hojas en su dieta, las cuales acompañaban de la leche materna por el plazo de un año.

No obstante, el pequeño se mantenía con su madre durante los primeros tres años de vida. Tras este tiempo, debía partir a buscar un nuevo territorio.

Extinción

A mediados del 2011, una nota informativa de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) declaraba el rinoceronte negro africano como temporalmente extinto. En aras de confirmar su existencia, se llevaron a cabo diferentes investigaciones que arrojaron resultados desalentadores.

Algunas medidas adoptadas con anterioridad, como disparar a los cazadores sin previo aviso, serrar los cuernos de los rinocerontes para desalentar la caza o la realización de cruzamientos selectivos, bien poco pudieron hacer por la desaparición del negro africano. Desafortunadamente, este hecho también amenaza con la existencia de otras especies como el rinoceronte blanco.

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